Yúbal Blog

Blog de Yúbal, donde hablo de música, series, tecnología y de cualquier otra cosa que se me pase por la cabeza.

Dry River es el mejor grupo de rock de España, y da igual si te gusta el rock duro, el progresivo, el metal o el rock más melódico, porque ellos lo hacen todo con su propuesta de “surtido-Cuétara-rock”. Su anterior disco, 2038, es el mejor disco de rock español de la década pasada, y una auténtica maravilla para los sentidos.

Habiendo parido entonces el mejor disco de rock de la pasada década, y después de haber sufrido cambios importantes en la plantilla con la marcha de dos miembros, uno de ellos uno de los pilares fundamentales de la banda, me imagino que debes tener una presión enorme a la hora de encarar un nuevo trabajo. Yo también andaba con algunas dudas respecto a cómo saldría, pero solo duraron hasta que lo escuché.

Pero es un disco brillante. Bastante diferente al anterior en algunas cosas, pero brillante. Casi todas las canciones me han entrado sin problemas a la primera, y aunque un par de ellas se resistieron me entraron enseguida en las demás escuchas. Las canciones son variadas, como siempre, habiendo más oscuras como La Serpiente, más técnicas como Segundo Intento, más metaleras como Capitán Veneno, y su característico toque de humor como Funeral.

La principal diferencia está en el enfoque y el sonido. Para este trabajo han trabajado con el productor Carlos Raya, mítico guitarrista de Sangre Azul y productor de bandas como Antonio Vega, M Clan, Fito y Fitipaldis o Leiva. Y ese toque más comercial y enfocado se nota mucho en Cuarto Creciente.

El disco es más serio y directo, y aunque las canciones mantienen ese toque progresivo con varios cambios de ritmo y estilo en un mismo tema, hay menos florituras y arreglos variados. En ese aspecto, es más sencillo, más pensado para que cuando el grupo toca en directo sea tal cuál suena en el disco. Pero las señas de identidad de la banda se mantienen, con los coros a lo Queen, las letras capaces de tocar varios temas que van desde el homenaje a un legendario comparsista del Carnaval de Cádiz hasta los sentimientos que provocó en nosotros la pandemia del COVID, pasando por otros temas sociales, o incluso divertidos.

Quizá, a nivel personal me parece que se nota un poco que en 2038 le daban más rienda suelta a la creatividad y la experimentación, mientras que se nota que este es un trabajo más profesional, maduro y enfocado para un público “más serio”. Han mantenido su toque de humor con una canción, pero se echa de menos que haya algún tema más de ese corte como en el trabajo anterior. Se nota la diferencia de tono en la música y los arreglos.

Sin embargo, también considero que estos cambios son importantes para una banda, que es bueno que cada disco tenga su propia personalidad, y que hubiera sido efectivo a corto plazo pero quizá menos a largo plazo seguir haciendo siempre más de lo mismo. Hay muchas bandas que se quedan estancadas ahí. A nivel personal, 2038 me gusta un poco más, aunque Cuarto Creciente sigue siendo lo mejor que he escuchado en mucho tiempo en el ámbito del rock en español.

Pero si estás leyendo estas líneas, lo mejor es que no me creas a mi, porque soy imparcial. Me declaro fan acérrimo de la banda, desde el verano pasado ya les he visto 3 veces en directo, y estoy deseando seguir haciéndolo. Lo mejor es que lo escuches por tu cuenta y con la mente abierta. Y que no te de pudor ir a un concierto de ellos, que no te lo vas a encontrar lleno de melenudos que te miran mal sabiendo que no eres de los suyos. En los conciertos de Dry River he visto franjas de edad que van desde los 13 hasta los 60 y muchos años. Es una fiesta de la música para todos como muy pocas bandas son capaces de ofrecer.

Y por cierto, este es otro de los secretos, los discos de la banda son brillantes, pero en directo sobresalen todavía más gracias a su carisma. Es una auténtica fiesta.

#Música #Prog #Rock #DryRiver

La primera película que he visto en este 2023 es “Pinocchio”. No la fracasada adaptación a imagen real hecha por Disney, que sigue empeñada en destruir todo su legado, sino la versión realizada por Guillermo del Toro también el año pasado. Y he de decir que ha sido una auténtica delicia para los sentidos.

Por una parte, en un mundo de ordenadores y de efectos digitales, ver una película con técnicas artesanales como el stop motion es algo que se agradece. Todo son marionetas, todas las animaciones se han hecho con esta técnica, y el resultado es increíble y lleno de colorido, donde se notan fondos pintados a mano, se notan todas las costuras, pero eso hace que la experiencia sea más agradable todavía. Sobre todo por lo más difícil en estos casos, los personajes hacen movimientos en falso, se comportan de forma realista, y esto le da un extra que hace que te olvides de que son muñecos movidos a mano.

La historia es la que todos conocemos, pero Del Toro la ha vestido con su personal capa de oscuridad que hace que el cuento sea un poco más serio, un poco más oscuro. Vemos que los personajes son más humanos, con sus defectos y sus virtudes, y que se aleja mucho de un cuento puramente infantil en el que todo es color de rosa.

Además, le ha metido todo un contexto político ambientándola en la Italia nazi de Mussolini, lo que le da un trasfondo que viene muy bien en estos tiempos en los que el fascismo vuelve a despertarse en Europa. Con este trasfondo Del Toro aprovecha para hacer unas buenas y apropiadas críticas a esta manera de pensar, y en la segunda mitad de la película hay alguna escena que, si te paras a pensar lo que está pasando sin que sea muy explícito, te das cuenta de lo terrible que es todo.

Por último, decir que la película tiene también su parte de musical, aunque ni son muchas canciones ni son largas y pesadas, por lo que pese a que te choque en un principio, al final te acostumbras rápidamente a ello. Son dos horas de película que se pasan rápidamente, sin que parezca que hay ningún tipo de relleno ni escenas alargadas en exceso.

Y bueno, yo nunca he hecho críticas de películas, o sea que esta es mi única y corta opinión. Intentaré ir diciéndoos qué me parecen las películas y series que vea este año.

#Cine

Querido 2023.

Soy una persona bastante conformista, y no me gusta demasiado pedir cosas. Sin embargo, como hace todo el mundo cada principio de año, me apetece dejar por escrito algunos propósitos de año nuevo. Parto de la base de que el 2022 no ha sido un año demasiado malo en lo personal, aunque parece que el mundo exterior arde cada vez con más fuerza. Por lo tanto, poder mantener esta estabilidad sería más que suficiente.

Pero puestos a pedir, mi mayor defecto es que soy una persona bastante olvidadiza y desorganizada, un caos mental con una mente que divaga sin parar. Y en un intento de ayudarme con ello, pues he vuelto a mis años mozos comprándome una agenda de papel para apuntarme cosas importantes. Sí, estoy convencido de que no la utilizaré y acabaré anotando cosas online o enviándome mensajes de Telegram a mi mismo, pero el año nuevo está también para marcarse propósitos que sabes que difícilmente cumplirás.

En cuanto a mi ocio, sé que voy a seguir coleccionando música. En los último años he estado coleccionando desde libros a películas en Bluray, pasando por monedas. Siempre buscando algo. Y finalmente, la última vez que me mudé lo vendí casi todo y decidí coleccionar únicamente música. En el momento de escribir estas líneas tengo 321 CDs y 80 vinilos según mi perfil de Discogs, que es donde anoto los elementos de mi colección. Esto es algo que me causa gran placer, tanto que cuando alguien me pregunta qué me puede regalar (pasó estas navidades cuando me preguntaron mis padres), mi respuesta ha sido un CD o LP que signifique mucho para ti, y que así pueda tener un poco de ti en mi colección. Seguiré aumentando mi colección en 2023, esto lo sé.

Relacionado también con música, mi otro gran propósito de 2023 es ir a más conciertos de los que fui en 2022. Después de varios años de pandemia, el año pasado lo terminé con 3 conciertos, dos de Dry River y otro de un grupo de versiones. Este año quiero superar esta cifra, algo fácil teniendo en cuenta que ya tengo compradas entradas para 3 conciertos en 2023, y seguramente caigan algunos más.

También me gustaría seguir viajando en este 2023, otro de los grandes placeres en los que invierto mi dinero. Tengo muchos destinos en mente, pero el dinero no es infinito tampoco, o sea que me conformo con 2 o 3 viajes decentes este año. Y que las dos escapadas que tengo en mente y ya con hotel reservado (Barcelona y Tilburgo en Holanda, ambos por conciertos), no tenga que cancelarlas por algún imprevisto.

Y poco más, querido 2023. Sé que también eres un año en el que llegarán malas noticias y algún suceso doloroso, esto es ley de vida, pero sólo te pido que al finalizar el año y hacer balance, pueda pensar que ha sido en general un año positivo.

#Personal

A día de hoy, podría decir que mi principal afición es escuchar y disfrutar música. Trabajo desde casa, y esto me permite poder estar escuchándola a todas horas, y gracias a el servicio de Last.fm del que ya os hablé, tengo todas las estadísticas de lo que escucho centralizadas en un único lugar. Y claro, ahora que el año está terminando, este servicio me permite echar la vista hacia atrás y ver cómo han sido mis gustos musicales en los últimos 365 días, e incluso compararlos con cómo fueron en 2021.

El informe de 2022 de Last.fm no llegará hasta la semana que viene, pero puedo mirar las estadísticas de los grupos y discos más escuchados en los últimos 365 días, y compararlos con el informe del año anterior. Es algo entretenido de hacer, y me gusta poder comparar ambos, y ya que me pongo a ello y tengo este blog, pues he decidido comentarlo con quien quiera leerlo. Y ya puestos, pues usaré la web de Musicorum para generar imágenes con los 6 artistas y discos más escuchados del año con los datos de Last.fm, y que así todo me quede bonito.

Ojo, antes de empezar ya te aviso que esto puede ser un tostón con muchos nombres que no conozcas y simplemente yo dejándome llevar a la hora de escribir sobre ellos. Pero para eso he creado este blog.

Mis artistas más escuchados de 2022

Después de haber sido un subgénero musical con el que he estado jugueteando durante años, pero en el que nunca he profundizado, el 2021 fue un año en el que empecé a adentrarme un poco más en los caminos del Prog: el rock y el metal progresivos. Ayreon lleva años siendo mi proyecto musical favorito, Mike Oldfield es quien me enseñó a amar la música, y Pink Floyd ha sido un amor creciente. También venía disfrutando de bandas como Dream Theater, Dry River, Symphony X, etcétera. Y aunque los tres primeros que he mencionado aparecen en mi top 6 de 2021, también fue el año en el que descubrió la música de Steven Wilson, con sus proyectos de Blackfield, Porcupine Tree y sus discos en solitario, y de ahí pasé a otras bandas similares.

Pero en 2022, el amor por este género se ha profundizado, en parte gracias a mis dos mayores descubrimientos: Riverside y Leprous. Son dos bandas que había escuchado pero sin profundizar en ellas, y durante este año simplemente me he quedado prendado. Riverside son muy melódicos y suaves, y Leprous más complejos, por lo que cuando no tengo humor para uno seguro que lo tengo para otro. También he escuchado compulsivamente Star One, ya que Arjen Lucassen (mi músico favorito, que también hace las óperas de metal de Ayreon), sacó un disco nuevo este año.

Dry River, que es la mejor banda de rock/metal de España de los últimos años, también sacó disco nuevo y eso les hace aparecer en mi top de artistas, y Steven Wilson y Pink Floyd es que ya forman parte de mi banda sonora. En el Top 10 también están Arena, Mike Oldfield, Queen, y muchos otros imprescindibles.

Lo que está claro es que mi 2022 ha sido el año del Prog, y que durante estos últimos 12 meses también he estado escuchando y explorando muchos otros músicos y artistas de este género. Sobre todo, mi camino me ha llevado más por el género del Art Rock, que es una especie de subgénero dentro del subgénero del progresivo, y que suele ser mucho más melódico e instrumental, mezclándose a veces con el New Age.

Mis discos más escuchados de 2022

En cuanto a los discos más escuchados del año, tampoco hay demasiadas sorpresas. De dos de ellos incluso ya os he hablado en este blog, como son The Congregation de Leprous y Wasteland de Riverside. Dos auténticas obras maestras que si bien no han salido este año, ha sido en 2022 cuando me han entrado definitivamente y las he escuchado de forma compulsiva. El hecho de que sea los dos primeros discos de los que os he hablado en este blog se debe precisamente a que son los que más escuché este año.

Por encima de ellos sólo está el último disco de Arjen Lucassen, con su proyecto Star One. Qué voy a decir, Metal Progresivo potente pero melódico, unos estribillos rompedores, y letras que hablan de series y películas de ciencia ficción. Es que parece un disco hecho expresamente para mi, como todos los de Star One. En esta ocasión, en vez de contar con 3 cantantes para todos el disco Arjen ha preferido que cada canción la cante un cantante diferente. Y sí, esto ha permitido que pueda lucirse con colaboraciones de los mejores cantantes de metal del mundo, a mi me parece que ha hecho que el disco sepa un poco más a Ayreon que a Star One. Aunque musicalmente se mantiene tan potente como los Star One, ya que los de Ayreon suelen ser más folk y melódicos.

El otro gran protagonista del año ha sido el Cuarto Creciente de Dry River, el cuarto disco de mi banda española favorita. Hacen un rock y metal progresivos sencillamente excelentes, que les ponen un peldaño por encima de cualquier grupo de metal español que podamos pensar, por muy famosos que sean. Quizá este disco es algo más directo y rotundo, un poco más serio y menos desenfadado. Echo un poco de menos los arreglos atrevidos de 2038, su disco anterior, pero sigue encantándome. En 2022 fui a dos conciertos de ellos, y en la primera quincena de 2023 iré a otro, con eso lo digo todo.

Y luego, en la lista del Top 6 siguen estando dos discos que vienen ya de enamorarme el año pasado, mi favorito de Arena y el recopilatorio de Blackfield. Arena ha sacado un disco nuevo este año, pero entre que ha sido a finales de año y que pese a tener el CD lo que no tengo es el disco dentro de ningún servicio de streaming, no lo he escuchado tanto como el anterior. Y es que Blackfield es perfecto para escuchar por las noches. Y por si Blackfield no fuera suficiente, mis puestos 7 y 8 son para otros dos proyectos de Steven Wilson: uno de sus discos en solitario y el nuevo de su banda Porcupine Tree, lanzado este año.

Si has aguantado leyendo hasta aquí, mi más sincera admiración, porque es simplemente un texto de Yúbal divagando sobre música. Pero oye, este va a ser uno de los pilares fundamentales de este blog, que no sea porque no te aviso. Me queda pendiente escribir algunas entradas sobre 2 o 3 discos más que me han gustado del año pasado, y también quiero seguir hablándote sobre los nuevos descubrimientos que haga.

De momento, te escribo estas líneas cuando me ha llegado el último CD de Antony Kalugin, que promete ser uno de mis descubrimientos musicales a profundizar en 2023. Se trata de un músico ucraniano que tiene múltiples proyectos musicales diferentes dentro del progresivo, cada uno con una personalidad diferente. Su último disco es de Sunchild, que es más Art Rock y melódico, pero también tiene otros proyectos más psicodélicos.

Porque si has tenido la paciencia de leer hasta aquí, ya puedes deducir que me gustan los músicos con diferentes proyectos musicales, esos que no solo se centran en un único grupo y a los que les gusta explorar géneros y estilos, como Mike Oldfield, Arjen Lucassen, Steven Wilson, etcétera. Si quieres ver todas mis estadísticas sobre música o agregarme, te dejo el enlace a mi perfil de Last.fm.

#Música #Personal

Todavía recuerdo cuando hace años Netflix era una plataforma de culto. No tenía muchas producciones, pero las que hacían propias eran excepcionales, y cuando una buena serie era cancelada en otra plataforma ellos la recuperaban para darle continuidad. Eran buenos tiempos, y pudimos disfrutar de series excepcionales como “Orange is the new black” o “House of Cards”, entre muchas otras.

Pero los años han pasado, y a finales de este 2022 Netflix es todo lo contrario a lo que era cuando todos la amábamos. Sus producciones ahora son decenas, como si fuera una fábrica de churros, y la calidad de estas ha bajado bajo mínimos. Sí, de vez en cuando les sale una muy buena serie, pero enseguida nos olvidamos de ella para seguir con las que emiten en el resto de plataformas. Además, cuando consiguen parir una de las mejores adaptaciones de uno de los cómics más imposibles de adaptar como “The Sandman”, incluso si es evidente que el presupuesto es muy bajo, tardan muchísimo en renovarla y casi la cancelan. Otras grandes series han corrido peor suerte, y Netflix se ha convertido en esa plataforma que cancela buenas series, y todos deseamos que otras acaben rescatándola.

Pero lo peor no es eso, lo peor es el feeling que dejan sus buenas series, el feeling de la decadencia de la plataforma. Con muy buenas producciones como “The Sandman”, el sabor que me queda en la boca cuando la termino es que ojalá esta serie se hubiera producido desde HBO o desde Apple TV+, ya que tendría más presupuesto, sería más seria, tendría más medios, sería mejor. Y lo mismo pasa con las malas adaptaciones como “The Witcher”, si hubiera corrido a cargo de otra plataforma posiblemente tendríamos una serie mucho mejor, y con suerte más fiel a los libros y con un mejor casting.

Y no, con el casting no quiero parecer un racista que se queja por cambios de etnias en personales, porque en The Sandman al personaje de la Muerte pasaron de hacerla blanca nieve como en los cómics a negra, y quedé encantadísimo con el resultado porque la esencia de los personajes está ahí. Pero en The Witcher han cogido a personajes como Yennefer y le han escupido a la cara. Qué mala suerte, porque es también lo que hicieron en los dos primeros videojuegos de CD Projekt, cuando hicieron un copia pega, omitieron a Yen e hicieron que Triss fuera una copia barata de ella.

Ya nadie pide series emitidas de golpe

Cuando Netflix estaba en su máximo apogeo, surgió el debate de si el resto de plataformas también debería liberar a la vez para poder hacer una buena maratón. Simplemente, Netflix tenía muy buenas serie, y con sus maratones conseguían que todos habláramos de ellas durante una o dos semanas. Eran las series a recomendar.

Pero yo considero que esto también ha pasado a mejor vida. Como he dicho antes, las pocas veces en las que Netflix consigue una buena serie todos la devoramos y comentamos… y enseguida pasamos a hablar de otras. Porque en Apple TV+ o en HBO puede que hayan estrenado una muy buena producción, y que todos estemos comentando cada capítulo durante una semana, teorizando lo que va a pasar, esperando que llegue el día de emisión del siguiente capítulo para comentarlo. Creo que simplemente es una experiencia mejor. Es verdad que a veces una serie pide ser devorada, pero ir racionándola me parece la estrategia más acertada.

Y con esto, hemos pasado de pedirle a HBO que se Netflixifique a que sea Netflix la que intente adoptar las buenas prácticas de la competencia. En mi caso, cada vez que Netflix anuncia que ha adquirido los derechos para adaptar alguna saga literaria con un tema que me interesa me acabo echando las manos a la cara y maldiciendo a quien corresponda porque los derechos no hayan ido a otra plataforma.

Sin embargo, hay algo que sí sigo agradeciéndole a Netflix, y es su apuesta por las producciones nacionales de cada país. Esto es algo que también hacen otras plataformas, pero no tanto, y esta diversidad ayuda a que determinados países como pueden ser España y Alemania crezcan en calidad de producciones ahora que saben que estas serán internacionales y no se quedarán todavía más maltratadas por algún canal convencional de televisión. Iba a decir que también quedarían inundadas de publicidad, pero no hablaré muy alto porque los anuncios también han llegado a Netflix.

#Internet #Streaming #Series #Netflix

Felices fiestas, tú que estás leyendo estás líneas. No importa tu religión ni lo que estés celebrando exactamente. Si durante el día de hoy o en las próximas semanas tienes algún tipo de celebración, espero que lo pases lo mejor posible.

En esta parte del mundo, la Navidad la celebramos esta noche, y aunque es una fiesta religiosa, para muchos de nosotros no tiene que ver nada con la religión y es simplemente una noche en la que la familia acostumbra a reunirse y celebrar. Y no pasa nada. Al final somos animales sociales, y estas costumbres nos hacen felices.

Este es mi caso. Para mi la Navidad no tiene nada de religioso, y de hecho para mi mismo me digo que celebramos el solsticio de invierno (aunque sea el día 21). Pero es un fecha en la que desde pequeño he aprendido que la familia se junta y celebra, y eso se me ha quedado. Si me conoces, ya sabes que soy una persona a la que no le gustan mucho las celebraciones, soy un tipo aburrido. Pero a veces, es la felicidad de otros la que te da a ti tu felicidad, como ver a mi padre y mi madre sonreír cuando nos juntamos con ellos sus dos hijos, que vivimos ambos lejos de ellos.

En cualquier caso, sea cual sea tu contexto, solo quería desearte unas felices fiestas, y espero que lo pases de la mejor manera posible.

Leprous es una de las mejores bandas de metal progresivo que hay en la actualidad, y aunque de vez en cuando había escuchado alguna canción en el pasado, ha sido este año cuando he conseguido sumergirme finalmente en su mundo musical. No son un grupo fácil de escuchar, porque su música puede resultar muy diferente, extraña, peculiar, y te lleva por caminos no siempre melódicos y no siempre fáciles de digerir. Tiene mezcla de música profunda y contemplativa, con otras partes más potentes o incluso estridentes, y luego hay temas que a todo eso le añaden unos estribillos muy melódicos.

Primero fueron una o dos canciones, con momentos increscendo en los que la voz de Einar Solberg luce con luz propia. Me recuerdo pensar que era imposible que un hombre tuviera una voz así de versátil y capaz de llegar a unos tonos tan altos. Pero luego lo escuchas en algún vídeo en directo y ves que sí, que es una de las voces más prodigiosas que has escuchado en tu vida. Pero aun así, no siempre es suficiente como para conseguir engancharte al grupo. Suenan demasiado “raro”.

Hace unos meses escuché una reseña en YouTube de un estadounidense que hablaba con ellos, y que comparaba la primera vez que los escuchas con la primera vez que bebes whisky. En el primer sorbo te pueden repeler, pero si les das tiempo y sigues bebiendo acaban enganchándote para siempre. El caso es que durante todo 2021 muchos algoritmos de música que escuchaba me apuntaban hacia ellos, pero nunca me terminaban de enganchar más que con una o dos canciones.

Con “The Congregation” Leprous consiguió enamorarme

“The Congregation” es considerado por muchos como la mejor obra de la banda, e incluso uno de los mejores discos de Prog de la última década. Y fue escuchándolo entero una noche cuando hubo una canción que consiguió engancharme y hechizarme. La canción se llama “The Flood”, y es como un hermoso canto a la desesperación. Es una canción oscura pero muy melódica y hermosa, muy ambiental, y con una explosión sonora en el estribillo.

“Corta mi cuerda mientras me veas trepar, déjame caer donde no me encontrarán.” La canción es pura desesperación, como un canto a los efectos de la depresión y cómo te golpea cuando intentas levantarte y mejorar. Está envuelta en una atmósfera muy oscura, que por alguna razón también me evoca una conversación con el diablo… no sé, quizá leí demasiado a Anne Rice cuando era joven.

La cuestión es que esta canción se convirtió en un flechazo, un amor a primera escucha y una obsesión musical que machaqué una y otra vez durante semanas. Y tras ella, todo el disco consiguió entrarme por los oídos y lo escuché de principio a fin varias veces. Y claro, una vez hecho esto ya todas las demás canciones de la banda me entraron más fácilmente, y conseguí explorar y disfrutar su música, dándome cuenta de que lo que los demás decían es verdad: es uno de los mejores y más diferentes grupos que puedes escuchar hoy en día.

Actualmente, Leprous es junto a Riverside el grupo que más he escuchado durante este 2022 según mis estadísticas de Last.fm. Y además de eso, tengo entradas para verlos en febrero en Barcelona y poder comprobar en persona otra de las cosas que algunas personas me han dicho de ellos: que en directo son una auténtica maravilla.

Por su parte, en mi colección de CDs tengo ya 3 discos de Leprous, que además me gasté más dinero por el detalle de buscar las ediciones especiales en digipack, y The Congregation también lo tengo en vinilo. De vez en cuando me permito el placer de paladearlo en este formato, mientras que muy a menudo lo tengo puesto en Apple Music o con su CD.

#Música #Prog #Metal #Leprous

Los musicales son un género que nunca he disfrutado demasiado. Quizá es porque la experiencia al verlos en la tele depende demasiado, en mi opinión, de las canciones que tenga. Y claro, con la excepción de obras como Los Miserables, en general en los musicales no me suelen gustar todas. Sin embargo, este fin de semana he ido a ver La Jaula de las Locas, producida y protagonizada por Ángel Llácer, y que posiblemente puedas recordar por la versión en formato película Una jaula de grillos.

Los asientos eran buenos, en segunda fila, y eso me permitió disfrutar mucho de lo que era la obra en sí, las actuaciones, las expresiones de los actores, cualquier mínimo ruido o expresión. Y la verdad es que eso ha sido una experiencia maravillosa. Sobre el musical en sí, no me gustaron las canciones, pero a pesar de eso la historia era entretenida y los actores brillantes, por lo que solté varias carcajadas y las 3 horas que estuvimos en el teatro pasaron volando.

La historia ya la sabéis, tal y como describe la sinopsis de la adaptación de los 90 Una jaula de grillos protagonizada por Robin Williams en IMDb: “El propietario de un cabaret gay y su pareja drag queen acuerdan fingir ser heterosexuales para que su hijo pueda presentarles a los conservadores padres de la novia.” En el musical, la cuestión de la cena en sí es el segundo acto, y se le da mucha importancia a la parte del cabaret, lo que la hace muy entretenida.

Honestamente y pese a ser una historia muy sencilla, me parece brillante exponer lo ridícula que es la homofobia con algo tan sencillo como presentar una situación bastante clásica pero dándole la vuelta, y que lo que muchos consideran “lo raro” sea “lo normal”, y quienes son “los raros” son las personas con esa mentalidad cerrada e ignorante que demasiado a menudo normalizamos. Porque al final, lo importante es el sentimiento, y no alto tan tonto como si la otra persona es hombre o mujer, alta o baja, rubia o castaña.

En definitiva, me lo pasé muy bien en un musical cuyas canciones no me gustaron demasiado, algo que hasta ayer consideraba que no podía ser, y que si no te gustan todas las canciones no se disfruta tanto. Esto hace que piense que quizá tenga que ir a más musicales, aunque en Castellón no los haya y tenga que coger el coche a Valencia.

#Teatro #Musical

Se acabó. Twitter se ha convertido en una red social que fomenta el odio y la desinformación, y en una seria cruzada contra la libertad de expresión y de elección. Llegados a este punto, seguir creando contenido en Twitter es amparar estas prácticas, y es algo que mi conciencia no me permite hacer.

Es por esto que he decidido borrar todas y cada una de mis publicaciones en esta red social. Sigue siendo una importante fuente de información que, por trabajo, debo seguir consultando, pero ya no interactuaré. Si alguien comparte artículos míos mencionándome lo retwittearé, pero nada más.

Confieso que ha sido un poco doloroso borrar los casi 3.500 mensajes que tenía publicados en casi 12 años registrado en esa red social, pero me siento mejor conmigo mismo después de hacerlo.

Por qué he tomado esta decisión

Elon Musk es un millonario hijo de padres de clase alta, y que tras dar el pelotazo vendiendo la empresa PayPal se hizo un nombre impulsando los coches eléctricos con su empresa Tesla y haciendo más económicos los viajes espaciales con SpaceX. Pero también tiene un lado oscuro, como fomentar estafas piramidales con criptomonedas y un par de fracasos en sus proyectos de crear un medio de transporte más rápido que los trenes de alta velocidad o crear túneles subterráneos para evitar atascos que realmente los crearon todavía más serios.

También es una persona impulsiva. En abril del 2022 decidió comprar Twitter, para unas semanas después buscar excusas desesperadamente para no hacerlo. Al final, a finales de octubre acabó teniendo que aceptar y efectuar la compra. Cuando lo hizo, prometió una nueva era de libertad y transparencia en la red social, que al final ha acabado siendo lo contrario. También ha despedido a más de la mitad de los empleados y establecido prácticas laborales esclavistas y muy tóxicas en la empresa.

Tal y como yo veo las cosas y siempre según los mensajes que él publica, Elon Musk es un racista misógino de extrema derecha. O por lo menos eso es en lo que se ha convertido en los últimos meses, porque él asegura que antes también fue de izquierdas. Su primer paso para conseguir la libertad de expresión fue considerar a quienes piensan diferente a él bots y trolls. Se posicionó en contra de los movimientos que buscan la igualdad de género y una representación menos racista en las series y películas. Mientras despreciaba a una parte de los usuarios, empezó a levantar los bloqueos establecidos por el Twitter anterior a él a difusores de noticias falsas, racistas y sexistas.

Twitter siempre fue una red social absolutamente tóxica, donde el odio y los insultos predominaban. Pero también es la red social más influyente de occidente, con muchos medios de comunicación publicando allí su contenido, y periodistas de todo el mundo cubriendo lo que está pasando en tiempo real. Allí me he informado mucho sobre eventos recientes como la invasión rusa de Ucrania o la revolución en Irán en busca de la libertad. En ocasiones, su influencia incluso estaba exagerada, con medios de comunicación dándole demasiada voz a cuatro gatos criticando cosas puntuales que a nadie le importan. Pero era un mal conocido, y los veteranos aprendimos a navegar esas aguas.

Pero ahora el odio y la crispación se han desatado todavía más. Y claro, como los medios de comunicación cuentan lo que pasa, Elon Musk también les ha declarado la guerra. Solo hay sitio para su realidad paralela, y prefiere fomentar grupos racistas de desinformación como QAnon mientras llama mentirosos a verificadores y medios serios.

Ante estas prácticas, muchos usuarios hemos buscado alternativas a Twitter, y hemos encontrado en Mastodon un nuevo hogar. Es una red descentralizada y dividida en servidores interconectados, donde lo primero que sorprende es que hay bastante positividad, algo que contrasta con la creciente crispación. Desde el principio Elon Musk ha estado insultando a Mastodon y sus usuarios, pero hoy ha dado el último paso suspendiendo la cuenta oficial de Mastodon en Twitter y marcando como potencialmente peligrosos todos los enlaces que apuntan a esa red social.

Posiblemente haya personas que piensen diferente a mi, y que consideren que Twitter es un lugar mejor. Cada uno tenemos una opinión marcada por nuestra experiencia y puntos de vista, y si piensas que ahora Twitter es mejor que antes yo solo puedo respetar tu opinión, aunque la mía sea opuesta. Y es esta incomodidad provocada por las prácticas la que me ha llevado a dejar de estar activo en Twitter.

#Internet #Twitter #Personal

Cada fin de año, todos los servicios de streaming te ofrecen un resumen anual con tus estadísticas de escucha, y no es raro encontrarte en redes sociales con los Spotify Wrapped o Apple Music Replay de turno. Pero todos estos sistemas tienen un problema, y es que sólo muestran los datos de lo que escuchas en esas plataformas concretas. ¿Qué pasa si utilizas varios servicios de streaming o si quieres contabilizar también lo que escuchas en formato físico?

Es aquí cuando entra en juego un viejo conocido llamado Last.fm. Se trata de un servicio de scrobbling, que es el término que se utiliza para referirse a enviar tus datos de escucha. Servicios como Spotify, Tidal o Qobuz incluyen en su configuración un apartado para hacer scrobbling a Last.fm, en Apple Music puedes usar apps de terceros, y también tienes otras aplicaciones para recopilar lo que escuchas en Windows o macOS.

Además, hay páginas como OpenScrobbler que te sirven para añadir datos a mano de una canción o un disco que has escuchado. Gracias a esto, si estoy escuchando un CD o un disco de vinilo puedo añadirlo a mis datos de Last.fm, y todo contabiliza y queda centralizado en una misma web.

Last.fm es un servicio que tiene más de una década a sus espaldas, y personalmente tuve una cuenta hace muchísimos años que abandoné, y desde hace dos o tres años vuelvo a tener otra. Y no te puedes imaginar lo que me arrepiento de no haber continuado haciendo scrobbling y no poder contar con los datos de toda una década.

Soy un loco de las estadísticas musicales

Lo admito, puede que te traiga absolutamente sin cuidado todo eso de las estadísticas musicales, y que te parezca demasiada complicación para el poco uso que le vas a dar. Pero es que en el caso de que resúmenes como Spotify Wrapped te gusten, con Last.fm vas a poder ver las estadísticas de lo que escuchas cada día, cada semana, cada mes o cada año.

Y es más, hay servicios de terceros con los que puedes crear fichas o stories de Instagram con estadísticas de lo más escuchado de la semana o mes, o puedes crear imágenes compuestas con las portadas de los discos más escuchados. Uno de mis favoritos es Musicorum, (la composición de 9 portadas la creé con ella) que también ha prometido volver a traer este fin de año su propio Wrapped.

Si eres un friki de estas cosas como yo, incluso puedes pagar 3 euros mensuales para tener estadísticas resumidas cada mes, incluyendo mi favorita, una evolución de los géneros musicales que escuchas más a lo largo del tiempo. Así puedo saber tonterías que a mi me parecen muy interesantes, como que todo el año el rock progresivo lleva liderando junto al metal progresivo mis estadísticas, pero que gracias a un grupo musical islandés en noviembre escuché más música considerada indie.

Last.fm también es una red social, y puedes dejar comentarios en los perfiles de otros usuarios, así como en las fichas de una canción, disco o grupo concretos. No es algo que los usuarios de la red usen demasiado, pero ahí está. Esto hace que puedas “espiar” lo que escuchan tus amistades dentro de la red, que por cierto en cada usuario verás el índice de afinidad para ver si tienes gustos parecidos, y así saber si las ideas de grupos nuevos que vas a encontrar en su perfil te interesan o no.

Si eres una persona que ha cometido el error de hablar conmigo sobre música, ya sabrás que es un tema que me apasiona, y que si me dejas puedo decirte desde un magnífico grupo de metal árabe tunecino hasta un fantástico grupo islandés de folk, o uno ucraniano de hard rock. Escucho mucho y me gusta explorar la música de distintos sitios, y poder tener todos mis datos centralizados para ver luego qué grupos, canciones o discos escucho más es algo que personalmente me encanta. Y si también tienes afición por esto o quieres un ejemplo, mi perfil allí es Last.fm/user/Yubal_FM.

#Música #Streaming #Internet

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